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miércoles, 20 de noviembre de 2013

Message To Bears - Maps

Dead Pilot Records, 2013  /  Neofolk, Classical, Shoegaze, Ambient, Electronic


Message to Bears - Maps

Porque no solo de electrónica vive el hombre he aquí la primera reseña de un disco que no entraría en el catálogo puramente estricto de este buen género. Si los miembros de Underground Resistance entrasen a este blog y viesen los álbumes que se critican en este espacio de evasión, probablemente harían un gesto de desdén por lo suave del material tratado. Pero ya ha caído el otoño hace un buen rato y el invierno ya nos azota en la cara con su frío virulento. Así que toca hablar de este álbum que bien podría ser la perfecta definición de la estacionalidad, de las estaciones indeseables para los que gustan de comentar el tiempo en el ascensor.



Y sí, cada época del año parece tener una música asociada. En periodos cálidos quizá no apetezca tanto sentarse, o mejor, tumbarse a escuchar algo como lo que acaba de traer desde los bosques ingleses Jerome Alexander. En los periodos cálidos normalmente se escucha música infame. Por el desenfado que supone en las personas el influjo del estío y el hedonismo o deseo playero. Siempre defenderé que la calidad musical reside en la meditación, y creo que en estas estaciones que tanto crispan al personal es cuando al artista le revienta la vena creativa y borda la producción y el concepto de sus piezas. Se nota perfectamente en composiciones como las de este último trabajo de Message to Bears. Hay algo que expresar dentro del cálido hogar. Hay algo que contar, indudablemente, desde el interior.

Jerome, nacido en Bristol, no es apenas conocido. Salvo en pequeños círculos, pequeñísimos, a los que llega con humildes blogs, redes sociales o mediante la página por excelencia del "músico pobre", Bandcamp. Nunca encontraremos una reseña de un disco suyo en las grandes páginas. Pitchfork o Playground Magazine, por poner un ejemplo, tocan a veces lo desconocido, pero no lo "inexistente", bendita inexistencia. Jerome comenzó con un neofolk bucólico, silvestre, con su primera publicación "EP1". Y siguió ese camino en su primer LP, "Departures". Aquí perfeccionó su técnica, otorgando un disco verdaderamente excepcional. Combinando distintos instrumentos, sabe dios cómo, con la guitarra como protagonista dio una lección de clase, talento y efectividad melódica. Los parajes que describe son como los de la portada, bosques apacibles, en los que perderse escuchando su música puede ser una experiencia única. 

"La calidad musical reside en la meditación. En Maps hay algo que expresar dentro del cálido hogar. Hay algo que contar, indudablemente, desde el interior".

A este trabajo le siguió "Folding Leaves", en el que ya se vieron muestras de un ligero cambio de discurso. Salimos poco a poco del bosque, ya escuchamos voces humanas con mayor claridad y, aunque todavía hay vegetación, se pierde el influjo silente y al la vez y melódico de los árboles, de los frondosos porque todavía quedan algunos más pequeños en el camino. Sigue siendo un magnífico disco, pero a mi parecer el más flojo de su trilogía. Porque con éste último, "Maps" lo termina de hacer. Perfecciona lo que tanteó en Folding Leaves. Y queda ya menos de lo que nos regaló en "Departures", sin embargo la emoción sigue siendo absoluta. Ahora Jerome acompaña las melodías cantando a pleno pulmón, siempre dentro de lo que el shoegaze le permite. 

El disco comienza con un más que prometedor temazo, Sun breaking through, con un efecto electrónico burbujeante al más puro estilo Four Tet, una melodía trasera que cura el oído y el canto sincero y placentero de Alexander. Con el segundo, Moonlight, nos transmite de alguna manera aquella esencia de Departures, en el track de corte más clásico del álbum. Una pieza sin grandes alardes pero plenamente eficaz, alegre y desenfadada, con la guitarra por montera, que le sirve para hacer completo el discurso, un engranaje necesario. En The tourist nos vuelve a remitir a su amiga Gaia con sonidos ambientales, cantos de ave que se superponen a sus primeras entonaciones. Hasta que el amigo decide ponerse a hacer virguerías con la voz en modo lamento, con la compañía de lo que parece ser un violín excelso que produce un escalofrío de la emoción. Aquí es cuando sonríes y decides no dejar de beber de esta pócima bendita. En I know you love to fall nuestro protagonista sigue dando un recital de cántico lo-fi shoegaziano bajo más asombrosas melodías y una base que parece una especie de IDM, además de unos pulsos a modo de beat que le acercan a la electrónica más pura.

"La emoción es absoluta. Alexander acompaña excelsas melodías con un canto evocador que desgarra en el mejor de los sentidos".

Y entonces llega Rather Stay, bajo la lluvia nos deja con la boca abierta. Alexander hace de Burial, como buen compatriota suyo que es. Y lo hace con respeto y calidad. La influencia es clarísima, voz distorsionada, ritmo sincopado de la base dubstep. Pero no pierde su esencia ni su discurso, sigue fiel a su estilo y a su modo de hacer. Es una mezcla que no podía haber obtenido un mejor resultado. You are a memory es uno de los cortes más preciosos del disco, violín y canto de esperanza fusionada con melancolía. Incrementa la intensidad progresivamente y te va poniendo los pelos de punta los casi cuatro minutos que dura, hasta que Jerome decide terminar con el sueño sentenciando con irrevocable rotundidad. Two finds two y Almost faded son dos temas sosegados, de paciencia infinita, con voces de nuevo burialescas que parecen ir diciendo adios al disco y lo cargan de emotividad, sobre todo ésta última. Cierra esta maravilla Closed doors, título descriptivo donde los haya, una delicia necesaria en forma de ambient sostenido con grabación de chiquillería incluida para acabar de hacerlo adorable.

Y así da por finalizada esta gran obra, aunque al contrario de lo que el título de la última canción reza, mi impresión es que la puerta no se cierra, sino que permanece y permanecerá abierta mucho tiempo en sucesivas escuchas y en lo próximo que pueda traer Message to Bears. No se sabe donde está su techo. Hacía tiempo que no escuchaba algo nuevo que emocionase tanto, como en su momento lo hiciesen Clubroot o el mismo Burial. Lo voy a decir, para mi, disco del año. Le ha quitado el honor a los mismísimos Boards of Canada, Jeff Mills o The Haxan Cloak. Ahí es nada.



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